Esto es parte de mi bagaje, recolectado, en las diferentes estaciones de este maravilloso viaje llamado VIDA...
- Aprendí que la exigencia jamás es el vehículo que conduce a satisfacer un deseo…
- Aprendí que la cobardía no es más que la celda que encarcela el espíritu del amor…
- Aprendí que la arrogancia es la lanza más afilada con la que atravesar la vulnerabilidad del otro…
- Aprendí que sin respeto cualquier verdad se vuelve opaca, y que la mentira no es más que la semilla de la desconfianza…
- Aprendí que cada una de las personas que se cruza en mi camino elige cómo vivir su vida; y que yo, aunque esté en desacuerdo, no tengo el derecho a cambiarla…
- Aprendí que la fantasía de lo que debería ser, me priva de vivir lo que verdaderamente es…
- Aprendí que la comprensión es el más poderoso antídoto contra el dolor…
- Aprendí que complacer a los demás, comportándome como ellos esperan, anula la creatividad de ser verdaderamente quien soy….
- Aprendí que una palabra –aún involuntaria-, en el momento inadecuado, puede ser el candado que cierre las puertas del corazón del otro…
- Aprendí que de nada sirve sembrar palabras en un oído estéril…
- Aprendí que una comunicación sana es una de las formas más bellas de entrega…
- Aprendí que cada vez que juzgo a alguien, en el fondo no hago otra cosa que juzgarme a mí misma…
- Aprendí que olvidar no significa perdonar y que el perdón me libera del yugo de la esclavitud…
- Aprendí que tarde o temprano un amigo, o un amor, acabará decepcionándome con alguna de sus actitudes al igual que yo le decepcionaré a él…
- Aprendí que la humildad es la llave maestra con la que abrir cualquier corazón…
- Aprendí que nada me dignifica más, que acompañar a alguien en su proceso de caos y dolor…
- Aprendí que, a pesar de mis limitaciones, soy libre para decidir qué quiero hacer con mi vida…
- Aprendí que la autocompasión es el verdugo que extermina mi potencial energético…
- Aprendí que prefiero rodearme de seres humildes, de corazón noble, que de seres soberbios sin corazón…
- Aprendí que huir de mí, de lo que siento, es simplemente dejar de crecer…
- Aprendí que para escuchar mi verdad he de viajar más allá de la imagen que proyecto…
- Aprendí que nunca es tarde para tomar otro rumbo, si éste me lleva a conocerme más a mi misma…
-Aprendí, y sigo aprendiendo, que lo importante es todo lo que me queda por aprender…
© María Meilán
11 de mayo de 2009
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2 comentarios:
Yo aprendí que uno no aprende, por mucho que se lo repitan exteriormente, hasta que no se da la ostia él mismo...
Al parecer me queda taaaanto por aprender... y a ti te queda taaaanto que enseñarme...
Te quiero y te echo mucho de menos, Hada Madrina ^^
Te quiero, preciosa Alba.
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