11 de mayo de 2009

A mis 48 primaveras...

Esto es parte de mi bagaje, recolectado, en las diferentes estaciones de este maravilloso viaje llamado VIDA...

- Aprendí que la exigencia jamás es el vehículo que conduce a satisfacer un deseo…
- Aprendí que la cobardía no es más que la celda que encarcela el espíritu del amor…
- Aprendí que la arrogancia es la lanza más afilada con la que atravesar la vulnerabilidad del otro…
- Aprendí que sin respeto cualquier verdad se vuelve opaca, y que la mentira no es más que la semilla de la desconfianza…
- Aprendí que cada una de las personas que se cruza en mi camino elige cómo vivir su vida; y que yo, aunque esté en desacuerdo, no tengo el derecho a cambiarla…
- Aprendí que la fantasía de lo que debería ser, me priva de vivir lo que verdaderamente es…
- Aprendí que la comprensión es el más poderoso antídoto contra el dolor…
- Aprendí que complacer a los demás, comportándome como ellos esperan, anula la creatividad de ser verdaderamente quien soy….
- Aprendí que una palabra –aún involuntaria-, en el momento inadecuado, puede ser el candado que cierre las puertas del corazón del otro…
- Aprendí que de nada sirve sembrar palabras en un oído estéril…
- Aprendí que una comunicación sana es una de las formas más bellas de entrega…
- Aprendí que cada vez que juzgo a alguien, en el fondo no hago otra cosa que juzgarme a mí misma…
- Aprendí que olvidar no significa perdonar y que el perdón me libera del yugo de la esclavitud…
- Aprendí que tarde o temprano un amigo, o un amor, acabará decepcionándome con alguna de sus actitudes al igual que yo le decepcionaré a él…
- Aprendí que la humildad es la llave maestra con la que abrir cualquier corazón…
- Aprendí que nada me dignifica más, que acompañar a alguien en su proceso de caos y dolor…
- Aprendí que, a pesar de mis limitaciones, soy libre para decidir qué quiero hacer con mi vida…
- Aprendí que la autocompasión es el verdugo que extermina mi potencial energético…
- Aprendí que prefiero rodearme de seres humildes, de corazón noble, que de seres soberbios sin corazón…
- Aprendí que huir de mí, de lo que siento, es simplemente dejar de crecer…
- Aprendí que para escuchar mi verdad he de viajar más allá de la imagen que proyecto…
- Aprendí que nunca es tarde para tomar otro rumbo, si éste me lleva a conocerme más a mi misma…
-Aprendí, y sigo aprendiendo, que lo importante es todo lo que me queda por aprender…

© María Meilán

2 comentarios:

Etherea dijo...

Yo aprendí que uno no aprende, por mucho que se lo repitan exteriormente, hasta que no se da la ostia él mismo...
Al parecer me queda taaaanto por aprender... y a ti te queda taaaanto que enseñarme...
Te quiero y te echo mucho de menos, Hada Madrina ^^

María Meilán Castro dijo...

Te quiero, preciosa Alba.