23 de agosto de 2007

LAS CRISIS

Muchos de nosotros estamos en un proceso de transformación personal o social, en el cual seguramente no podremos ver el efecto del trabajo inmediatamente, pero estoy segura, que en el futuro disfrutaremos de sus resultados positivos. Mientras tanto con tu esfuerzo personal, dejarás una estela positiva que cobijará a todas aquellas personas que se relacionen contigo y que formen parte de tu familia, de tu comunidad y del mundo.
Todo proceso de cambio, trae como consecuencia: crisis, enfrentamientos, competencia, trampas, confusión e inclusive agresión... pero al final del proceso, las personas despiertan y toman conciencia a través de su propia experiencia, de cual es su lugar y responsabilidad en el mundo.
“Mi mundo lo contiene todo”, esta es una frase que escuche de mi abuela materna muchas veces... y que me ha servido de reflexión para tener la certeza de que todo aquello que anhelamos, en algún momento tendremos la oportunidad de alcanzarlo.
Pensar que las cosas cambiarán por sí solas o porque sentimos que merecemos que mejoren sin que intervenga nuestra voluntad y esfuerzo, el proceso... puede ser muy equivocado. Pues, solo el trabajo personal, disciplinado y responsable, traerá como consecuencia nuestra transformación interna y por ende el cambio de las circunstancias externas. No podemos equivocar la verdad, ni pensar que en algún momento perderá su vigencia... porque ha pasado un largo tiempo. Siempre tendremos la ayuda, el apoyo y la guía de la Divinidad, pero el trabajo tendremos que hacerlo personalmente y con responsabilidad, determinación, convicción y perseverancia. Así que no te canses, no abandones, no te desanimes, no pienses ni por un instante siquiera que no vale la pena, mantenerte en el esfuerzo de vivir la diferencia.
Las situaciones siempre cambian, para dar paso a nuevas y mejores circunstancias en tu vida. Es importante que busquemos el balance, la equidad, de manera que podamos vivir con mas derechos y responsabilidad. Rescatemos la confianza y el aprecio por el ser humano, el valor y el significado de la vida. Hagamos contacto con nosotros mismos para querernos y valorarnos más, para que podamos entregar lo mejor de cada uno de nosotros al mundo, comprendiendo que somos un instrumento de Dios al servicio de la vida y el universo.
Tú que lees estas líneas en este momento, eres elegido para sonreír, para perdonar, para vivir con amor, para dar sin esperar recompensa alguna, para rociar el perfume de reconocimiento y gratitud a tu alrededor, para tener detalles, gestos y palabras amables con todas las personas que te rodean, para ayudar a conciliar las diferencias, para llevar a otros la paz y para estimular al mundo a vivir con compasión, conciencia, responsabilidad y libertad.
Recordemos verdades sencillas...
NO TE HAGAS ECO DE RUMORES NEGATIVOS. Recuerda que los pensamientos, las palabras y las acciones, tienen poder para destruir o para construir. Así, que la próxima vez que un rumor negativo llegue a ti, detenlo y no lo comentes, especialmente si no puedes comprobar la veracidad de la fuente. Confía, en que haciendo tu mejor, estarás a salvo de cualquier situación de peligro.
SUELTA EL PASADO. Hazlo, especialmente si fue doloroso. Aprende a vivir en el presente, en el aquí y ahora. No permitas que algo de lo vivido en el pasado te impida conectarte a la felicidad. Perdona y suelta !!! Deja ir para que solo guardes el aprendizaje que te dejo esa situación. Vamos, suelta y permite que suavemente tu corazón sane, para abrirte y comenzar de nuevo... es importante reconciliarnos con el pasado y ser libres para vivir un presente renovado.
APRENDE AMOR EN LUGAR DE MIEDO. No permitas que el miedo sea el que te impulse a tomar decisiones equivocadas en tu vida. Fortalécete en la Fe, en la confianza, en el valor hacia ti mismo y en la capacidad que tienes de enfrentarte a cualquier situación o circunstancia que te cause temor para vencerla, resolverla o transformarla.
ENTREGA LO MEJOR DE TI. Comienza a repartir a manos llenas, recuerda que al tropezarte con alguien que no valore o agradezca lo que le das, deberás seguir tu camino ignorando su actitud... pues será la vida quien te lo devuelva en el momento en que más lo necesites. Esta es la forma de sembrar prosperidad y abundancia en tu mundo personal.
Asume la responsabilidad de tu vida, pues el único que puede sacarte de esa situación… Eres tú. Así que renueva tu alegría recordando tus experiencias positivas e impúlsate con fuerza para salir de nuevo a la superficie de la vida.

EL PODER DE LA INTUICIÓN

Cuando hemos aprendido a sintonizar pensamiento y emociones, florece un nuevo tipo de conocimiento muy valioso: la intuición.

Uno de los rendimientos positivos de igualar mente y corazón es el desarrollo de la intuición. La mitad del cerebro razona, la otra mitad intuye. La sociedad occidental nos enseña a razonar, pero no a ejercitar la intuición. El conocimiento aprendido por la razón puede ayudarnos a comprender datos, pero la intuición nos conecta a otro nivel más profundo con lo material y con los demás. Todo lo físico tiene algo metafísico que lo sustenta —una idea, una intención, una emoción—. La intuición conecta con ello; no lo ve, pero lo entiende.
La opinión que tengamos sobre nuestra intuición será la que marque su efectividad. Si uno piensa de su intuición que no funciona, no lo hará. El excesivo racionalismo la ahoga y limita y la desconfianza la anula. Sólo nos queda la razón para tomar buenas decisiones en la vida, y eso es como pretender conocer una moneda sólo por su cara, lo que vemos, e ignorar que su valor viene definido por su cruz, lo que no vemos.

SE CULTIVA CON CONFIANZA
Nosotros funcionamos mejor cuando se confía en nosotros; la intuición trabaja mejor cuando se confía en ella y nos damos la oportunidad de actuar según sus dictados. Pero, ¿qué pasa cuando no confío en mi intuición? ¿Qué ocurre cuando compruebo tras un error que lo intuí y no hice caso? La razón puede llegar a una conclusión y la intuición decirme lo contrario. La segunda suele ser la correcta. Pero, ¿cómo saber qué es intuición y qué un producto exclusivo de la mente racional?
La intuición es conocimiento directo de una mente superior al ego, por lo tanto nos habla en un lenguaje distinto, que conviene conocer. Se manifiesta como una suave voz, no viene precedida de razonamiento sino que es una certeza que no tiene un origen definido. Viene en el momento oportuno, aporta tranquilidad, nunca ataca a nadie y se mantiene en el presente. Necesita de una mente tranquila y en estado de escucha, no puede competir con el ruido interno de una persona en permanente diálogo mental; es como enfrentar Las cuatro estaciones de Vivaldi al ruido atronador del rock duro.

CUANDO TODO ENCAJA
La intuición aparece cuando estamos entregados a la vida, sus soluciones son perfectas para ese momento en particular, y la ganancia es común a todos los implicados. Produce fluidez y una sincronicidad en los acontecimientos que hace que todo encaje de un modo que parece mágico. Lo que sucede es que, precisamente por eso, a veces tendemos a rechazarlo.
La próxima vez que pienses “qué tonterías se me ocurren”, puede que estés dejando pasar la oportunidad de que tu intuición te guíe.

22 de agosto de 2007

Bienvenida

Hoy, tras desvelarme cuando todavía reinaba la oscuridad y no ser capaz de reconciliar el sueño, acudí a un pequeño bosque para ver amanecer. Ay, amigos, me senté sobre una gran losa, colocada, como un capricho de la naturaleza, frente a un pequeño barranco, en ese preciso instante en que las alas del alba despiertan temblorosas y aletean infatigables entre los ángulos del cielo. Las desnudas ramas de un pino, situado a mi derecha, serpenteaban en el vacío creando una telaraña luminosa capaz de atrapar mi primer deseo, mientras el poder de las luces asomaba su húmeda lengua para lamer la apacible dulzura del despertar de la Madre Tierra. Miré al fondo del barranco y, junto a un espeluznante grito, arrojé el hastío que, en la vastedad de la caída, se desprendió de su último eco...

Y levanté mis brazos al pasar silencioso del viento...


Y mis ojos, llenos de gratitud, volvieron a recorrer los inmarcesibles caminos por donde transita mi alma...

© María Meilán